Con la aplicación de la Ley de Costos y Precios Justos a la actividad económica se establece un margen único de ganancia definido en socialismo. Para Froilán Barrios, miembro del Movimiento Laborista, se afianza que sea el Ejecutivo el patrono. Quien autoriza los salarios, fija precios y restringe al sector privado.
El punto central y delicado es que al acorralar a las empresas estas corren a otros mercados. A los que les ofrecen estabilidad y seguridad. Opta por ir a Colombia, Chile o Centroamérica. El resultado directo para la población es que "se pierden miles de puestos de trabajo". Cae la generación empleo con beneficios adquiridos en contratación colectiva.
Barrios explica que si la esencia de la ley es controlar la inflación tiene en su contra los efectos vía: devaluación de la moneda, comportamiento de precios por importaciones de alimentos o materias primas y caída de poder adquisitivo del salario por no existir una política salarial pensada.
El escenario para el trabajador no es el mejor frente a la ley. Los márgenes de ganancias preestablecidos podrían comprometer cumplir con la continuidad de las contrataciones colectivas. Beneficio que aunque el sector público tiene mayor representación, se niega a discutir. Y es el sector privado el que tradicionalmente ponía obstáculos el que puntea en las disposiciones de abrirse al diálogo.
El representante señala que 500 mil trabajadores de casi cuatro millones tienen contrato. Son del segmento de automotriz, alimentos, manufactura, entre otros del sector privado. "Esos son la élite en materia de ingresos".
Misión Vivir...
De acuerdo al artículo 4 del decreto de Ley de Costos y Precios Justos, el instrumento tiene fines específicos. Establece "mecanismos de control previo a aquellas empresas cuyas ganancias son excesivas en proporción a las estructuras de costos de los bienes que producen o comercializan, o de los servicios que prestan".
Precisa en sus numerales el propósito de "incrementar la eficiencia económica como factor determinante en la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas". Y de "continuar elevando el nivel de vida del pueblo venezolano".
Cómo hacerlo levanta incógnitas. Y es que el propio Presidente de la República destaca en sus alocuciones que ser "rico es malo". Que el nuevo pensamiento es socialista. Igualdad para todos. Se plantea de ello: Cuál es el tope o mínimo de "mejor vivir" o el "vivir bien de la sociedad venezolana". Población a la que se le propone un "trueque" en alimentos.
Fuente: http://www.laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=65171
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